UNA MUJER SABIA

Aquí estoy de nuevo. La verdad es que la idea de tener un blog ya la había acariciado más de una vez, sin ninguna pretensión a priori, sólo como una forma de comunicación, tal vez influida por las noticias de la abuela blogera de Galicia, a la que visitan gentes de todas las edades y lugares del mundo, algo que me pareció !!tan bonito!!.
Automáticamente, pensé en una frase, que mi profesora de Dinámica y Terapia de la Risa nos decía cuando hablábamos de cómo se considera a las mujeres en otras culturas. "Una mujer sabia"....así es, como los indios americanos: lakotas, cheyenes etc, llamaban a sus mujeres después de la menopausia, pasando a convertirse en iniciadora, propagadora y defensora de tradiciones y costumbres de su pueblo, que se trasmitían de generación en generación, y gozando de un estatus y un respeto por parte de los miembros de su tribu.
A lo largo de mi vida profesional, si hubiera tenido un registro de las veces que me he encontrado con un mujer que esta iniciando su climaterio y (considera que está entrando en otra etapa valiosa, a otros efectos, de su vida) creo que tendría muy pocas entradas. Siente que está a punto de dejar de ser una mujer, ya no es fértil, su cuerpo está cambiando, (a peor, según ella), no se ve atractiva, las hormonas le juegan malas pasadas, (cansancio, insomnio, sofocos), su deseo sexual se ha escondido, le va a salir bigote, y un día no muy lejano se tendrá que ir a una residencia para no molestar a nadie. Un día le pregunté a una de ellas, en que creía que iba a convertirse, ella me miró y dijo: "en una cosa inútil". Que triste que en el siglo XXI, en la era de la comunicación, una mujer de 50 años, por poner un ej. crea que ha llegado al final de su vida "sólo o quizas por" vivir en el medio rural, no tener estudios universitarios, tener sólamente un empleo: directora de gestión, marketing y recursos humanos, con conocimiento de varios departamentos, (psicología, medicina, sexólogía, relaciones humanas, dinamizadora de actividades....etc, etc), léase "ama de casa" .... Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todas las mujeres, de todas las edades, culturas y clases sociales, para que empecemos a considerarnos en nuestra etapa de menopausia, como una mujer sabia. Cuántas veces hemos oído decir "Ay, si pudiera volver atrás y sabiendo lo que se ahora". Podemos tener un curriculum extenso, maravilloso, trabajado, en el que hemos invertido tiempo, (que es el tesoro mas valioso) y también dinero, pero creo que las experiencias que perduran con nosotros y que realmente son las que nos dan la categoria de sabias son aquellas que hemos sentido, vivido y padecido en nuestras propias carnes. Las decisiones que hemos tomado, los caminos que hemos recorrido, los encuentros que hemos tenido, las emociones que hemos sentido, las acciones que hemos realizado, las lágrimas que hemos vertido y las risas que hemos disfrutado.
Que levanten la mano quienes no tengan una mujer sabia a su alrededor, nuestra madre, nuestra abuela, nuestra tía, cuantas vivencias, cuanta experiencia, cuantos conocimientos, no sólo académicos, cuantos misterios detras de cada arruga, cuanta historia desfilando ante sus ojos, qué picardías, que a nosotros ni se nos alcanzan, cuanto dolor y cuanto amor.
Sería muy bonito y didáctico, al menos esa es mi opinión y sin ánimo de ofender a nadie, porque todas las decisiones y circunstancias de la vida me merecen todo el respeto, volver a recuperar la tradición de cuenta-cuentos e historias de las abuelas, pero las circunstancias de la vida hacen que muchas estén en hermosos lugares, muy bien atendidas, lavadas a diario, y con una dieta adecuada a su edad, sentadas en una silla, frente a un televisor, dormitando su soledad, esperando que llegue esa chica joven con las pastillas, que le va a preguntar ¿ qué tal está?, a la que responderá como todos los días:! mal hija! .¿Por qué? ¿qué le duele abuela?, y ella se queda con ganas de contestar. !El alma!. Porque no puedo compartir los recuerdos. Es un honor para mi estar rodeada de mujeres sabias, entregadas y hermosas, niñas traviesas, coquetas, vanidosas, y que incluso desde su mente lejana, a veces parecen esbozar una sonrisa. Un abrazo para todas las abuelas del mundo. He vuelto a leerlo y me parece que me ha quedado triste, tendría que cambiarlo, pero creo que no, así es como hoy lo siento. Gracias a todas las mujeres sabias con las que me encuentro a diario, porque de todas he aprendido algo, y especialmente porque sin vosotras, hoy no estaríamos aquí.